En el post anterior mencionaba acerca de la ignorancia que existe en la actualidad acerca de los dones espirituales; por lo cual, vemos estos dones distorsionados y no de acuerdo a lo que la Biblia enseña. Además, Satanás es un falsificador por naturaleza, falsifica todo lo que Dios hace, tal como la Trinidad, la música, el culto, etc.; pues los dones no son la excepción, y también los falsifica. Miremos a la luz de la Biblia, en que consisten algunos de estos dones espirituales, así como algunas de las falsificaciones que Satanás utiliza.
Dice en 1 Corintios 12:7-10:
Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.
En este pasaje, se mencionan varios dones espirituales. Miremos primero el don de ciencia o conocimiento. Este don es la habilidad que tiene una persona de conocer o saber ciertas cosas que no hubiera podido hacerlo sino fuera por revelación de Dios. No se refiere a tener mucho conocimiento sobre algo o la habilidad de estudiar y aprender cosas rapidamente o el gusto por estas. Un ejemplo de este don lo vemos en el libro de Hechos en el capítulo 5 cuando Pedro supo por medio del Espíritu Santo que Ananías y Safira le estaban mintiendo. Este don es falsificado por Satanás en lo que conocemos como clarividencia; los clarividentes son comunes hoy en día, incluso se han infiltrado en las iglesias. Dentro de las iglesias pentecostales es común encontrar personas que se paran frente a la congregación y aseguran conocer divinamente las situaciones que están pasando los miembros o algunos de ellos. Generalmente hablan vagamente para que alguno de los miembros relacione su situación con lo que él está diciendo, y así pueda ser engañado y creer que Dios está utilizando a esta persona. No estoy diciendo que no existe la posibilidad que Dios revele conocimiento a algunas personas, claro que es posible, pero hay que tener mucho cuidado con este don y asegurarse que quien asegura tenerlo, lo utiliza con humildad, con un propósito divino, para la gloria de Dios y sin saber exactamente cómo funciona; es decir, que depende de Dios. Además, el conocimiento no debe ser vago, como lo vemos en las iglesias que aparenta más ser como un horóscopo que como algo revelado por Dios.
Aun y cuando algunas personas pudieran en realidad conocer cosas sobrenaturalmente, es importante recordar que no todo lo espiritual es de Dios. En el capítulo 16 de Hechos vemos un ejemplo de una muchacha que tenía la capacidad de conocer algunas cosas sobrenaturalmente, la Biblia nos indica que está capacidad provenía de un espíritu, y un espíritu maligno según se entiende en el griego original; además, Pablo le saca el espíritu, por lo que obviamente no era un buen espíritu. Esto nos enseña que Satanás también puede dar al hombre la capacidad de conocer algunas cosas, por lo que hay que tener mucho cuidado en determinar este don.
Un poco más adelante se menciona el don de sanidades. El don de sanidades que vemos en la Biblia no era un show para llamar la atención o recaudar dinero, vemos en varios pasajes a los apóstoles sanar personas, pero siempre humildemente y dándole la gloria a Dios. Además vemos que ellos no podían sanar siempre que se lo dispusieran, como el caso de Timoteo que padecía de una enfermedad en el estómago. Casi siempre, esta sanación estaba relacionada con la propagación del evangelio; es decir, tenía como propósito alcanzar a otros para Cristo. Hoy en día, lo que vemos es un show grotesco y ofensivo, donde la gloria se la lleva el sanador y toma de payasos a los enfermos haciéndolos caer una y otra vez para levantar las multitudes y mostrar su poder. Dios puede sanar, sana a través de los doctores y también podría utilizar a otras personas para hacerlo, pero no de la forma que lo vemos en las campañas de sanidad, donde los sanadores sanan a su antojo, cuando ellos disponen y donde en la mayoría de los casos, se aprovechan del fanatismo y la euforia de la gente, y no existe una sanidad verdadera.
Si alguien tiene el don de sanidad que vaya a los hospitales y a los centros de niños enfermos y los sane en verdad, llevándoles en primer lugar el evangelio para que puedan ser sanados de lo más importante: sus almas; sin pedir dinero a cambio, sino que sirviéndo a otros con el don que dicen tener y que Dios lo da para el beneficio de los demás y no el propio.
El don de hacer milagros es la capacidad de hacer cosas sobrenaturales debido al poder de Dios. Al igual que el don de sanidad, es un don que se dió mucho en el tiempo del nuevo testamento y su función principal era la de dar a conocer el evangelio en los primeros días de la iglesia. A la gente le llama mucho la atención las cuestiones raras y sobrenaturales, pero quizás el milagro más grande que podemos ver es el de una vida transformada por el poder del evangelio, por alguien que ha aceptado a Jesucristo como su único Salvador y que ha decidido entregarle su vida. Debemos desear más este milagro, que cualquier otra manifestación sobrenatural; pero Satanás nos hace perder la perspectiva, y creer que estas cosas son las que debemos buscar.