viernes, 30 de julio de 2010

Nadie me dijo (apólogo)

¿Le ha sucedido que algunas personas conocían algo que usted desconocía y nadie le dijo nada al respecto?, déjeme contarle lo que a mí me pasó:

Siempre había creído que Isaac Newton había descubierto que el aire, así como todo lo que está en la Tierra y tiene masa, tiene peso; pero nadie me dijo que hace muchos siglos en un libro llamado Job esto ya había sido escrito (Job 28:25).

Me dijeron que en siglos anteriores creían que la tierra era plana y sostenida por dos grandes elefantes, y que esta teoría fue rechazada cuando Magallanes dio la vuelta a la Tierra; pero nadie me dijo que Job había dicho muchos siglos antes que la Tierra estaba sostenida por nada (Job 26:7) y que Isaías habló del círculo de la Tierra (Isaías 40:22).

Me dijeron que la Biblia era un libro escrito por hombres nada más; pero nadie me dijo que había sido escrito por más de 30 hombres que vivieron en diferentes siglos, que no se contradice ni una vez, y que sus profecías han sido cumplidas a la perfección.

Me dijeron que la Biblia era un libro que había sido traducido muchas veces y que no podía ser confiable ya que debía haber sufrido muchos cambios; pero nadie me dijo que los rollos del mar muerto descubiertos en 1947 comprobaron que las versiones que tenemos hoy en día se apegan al texto original.

Me enseñaron desde pequeño que Dios quería a los niños buenos y a los malos no; pero nadie me dijo que la Biblia decía que todos somos malos (Romanos 3:10-11) y que ninguno era bueno ante los ojos de Dios (Isaías 64:6).

Me dijeron que el cielo era un lugar que solamente podía conseguirse con mucho esfuerzo y con una vida de bondad; pero nadie me dijo que debía ser, no bueno sino perfecto para poder entrar allí (Apocalipsis 21:27). Nadie me dijo que en Efesios 2:8,9 dice que no es por nuestras acciones sino que es un regalo (don) de Dios mediante la fe.

Me dijeron que Jesucristo había muerto por los pecados del mundo; pero nadie me dijo que ese sacrificio limpiaba mis pecados y que con solamente creerlo podía entrar al cielo (Colosenses 2:13-14, Juan 3:16, Romanos 3:28, Juan 6:47).

Me dijeron que nadie podía saber si iba ir al cielo el día que muriera, que era una cosa de esperar y ver; pero nadie me dijo que en 1 Juan 5:13, dice que si podemos saberlo si hemos creído en Jesucristo.

Luego me dijeron que una vez que había creído en El, debía mantenerme haciendo buenas acciones y dejar de hacer cosas malas para poder mantener ese regalo; pero nadie me dijo que Dios decía que mi vida era ETERNA (Juan 6:47), que ya no perdería mi regalo (Juan 5:24) y que nadie me arrebataría de su mano (Juan 10:28).

Como usted puede ver, me dijeron muchas cosas que no eran ciertas y no me dijeron muchas otras que sí eran verdad. Afortunadamente, al igual que usted hoy, yo conocí la verdad; yo he decidido aceptar el regalo de vida eterna que Dios me da y estoy seguro donde iré el día que muera. No me mal entienda, no estoy diciendo que crea en Jesucristo y que no se preocupe de sus acciones; Dios quiere que usted sea bueno, lo que no quiere es que crea que eso le ayudará a obtener la entrada al cielo; las buenas acciones forman parte del plan de Dios para su vida, pero no para su salvación; la única manera de entrar al cielo es a través de Jesús (Juan 14:6). Tome una decisión hoy, mañana podría ser tarde ya.